16/11/14

Si me agarro la cara no puedo tomar mate

Kansas: ¿Qué hace que las personas se agarren la cara? Creo que hay algo como universal en eso. Todos los que se agarran la cara sienten lo mismo para mi, aunque sea de formas un poco diversas.
Jaspard: Y tu idea sería..
Kansas: No sé, algo como encontrar el patrón universal de la agarración de caras.
Jaspard: ¿Es que vos nunca te la agarraste, para saber lo que se sentía?
Kansas: No... O casi no. Allá en el campo papá nunca se la agarró, tal vez por eso me dio curiosidad cuando vi a la gente hacerlo. En el súper está lleno de gente que lo hace, pero no me da para acercarme a preguntarles qué sienten. Tengo que pensar cómo va a ser mi plan de ataque para descubrirlo.
Jaspard: Podrías fijarte muy detalladamente en qué situación lo hacen, esa es la respuesta. Elegí un par de personas que tengan pinta de "me estoy por agarrar la cara".
Kansas: Podría probar... Sabés qué, es raro que me des fórmulas o consejos así. Sobre todo para apoyar una idea tan tonta.
Jaspard: Es una idea, yo nunca lo probé.
Kansas: ¿Querés otro mate?
Jaspard: No me gustan amargos, gracias.
Kansas: ¿Sabés qué otra cosa quiero hacer? Dividir a un grupo de personas entre agrias y dulces, y sacar los porcentajes de cuántos toman mate seún su personalidad. Vos sos de la lista de gente amarga que toma mate dulce.
Jaspard: ¿No son demasiados proyectos para una sola tarde de mate?
Kansas: No sé... Me parece que nunca son demasiados, pero los tendría que anotar.

13/10/14

En la barra del crucero no quiero ser así

- No sé qué es, pero siento que tengo el corazón duro cuando empiezo a decirle que no a las personas. Pero cuando les digo que sí, llega un momento en el que les tengo que decir que no, y no sé cuál es peor... porque decirles que no después de tanto tiempo que les dije sí tal vez los haga sentir terrible, pero decirles que no tantas veces seguidas desde el principio me hace sentir culpable.
Enti iba y venía entre copas, pero con una sonrisa dispuesta y las antenas paradas me escuchaba.
- Creo que te hacés mucho problema, Hans...
- No, Enti -me daba algo de impotencia no poder explicarme bien, así que comencé a gesticular con las manos-, es que yo no puedo ignorar a la gente mientras pico hielo como vos, y mentirles que todas las noches estoy ocupado. Me cuesta mucho.
- ¡Yo estoy ocupado todas las noches en serio!
Me desparramé sobre la barra, no me sentía entendido.
- Claro, ¿ves? Tenés una ventaja...
- Lo que quiero decir es que igual podrías ignorarlos, tampoco es un maltrato decir no. A veces hasta es más respetuoso ignorar que ilusionar.
- Pero se me achica el corazón, Enti...

8/10/14

Me tendría que bañar, pero prefiero comer manzana

KANSAS - Yo creo, y esta es una de mis teorías más profundas, que las personas sólo son verdaderas cuando están en el baño.
JASPARD - ¿Por los espejos?
KANSAS - No tan así, sino también serías verdadero en otras partes de la casa. El baño en particular porque la sinceridad sale cuando estamos sentados en el inodoro, esperando, ¿no te parece?
JASPARD - Deberías explicarme un poco más para que pueda decirte qué me parece.
KANSAS -  Bueno, digo: ahí sentados, mientras esperamos, ¿no sentimos con sinceridad? ¿No se nos vienen las cosas realmente importantes a la cabeza? A mi me pasa eso, aunque todavía no me animé a encuestar sobre esto a las personas. Es como la sala de espera de la nada, no tenemos expectativas sobre lo que fuimos a hacer ahí, sólo estamos. Queremos mirar algo, hacer algo, y entonces salta el disparador para que lo verdaderamente importante salga a la luz.
JASPARD - Lo verdaderamente importante...
KANSAS - Sí, irónicamente, lo más importante de nuestra mente y lo menos importante de nuestro cuerpo son canalizados en el mismo lugar: el inodoro. En la ducha la dinámica es parecida, nos limpiamos de los restos del día, al mismo tiempo que lo revivimos en nuestra cabeza. Conversamos con nuestro día en la ducha, idealizamos lo que no fue perfecto y desidealizamos lo perfecto.

10/9/14

Estornudar sobre los panaderos

- Soplar panaderos es una de las pocas cosas buenas que el hombre puede hacer sobre la naturaleza, ¿no te parece?
Elías apareció justo cuando yo volvía tranquilo a casa, después de un día largo de servicio para los niños de la igle.
- Creo que hay muchas cosas buenas que podemos hacer...
Él se veía muy activo, sacudiendo su ramo gigante de panaderos.
- Nunca había visto una zona con tantos panaderos.
- Esto es puro campo... Se multiplican como un yuyo.
- ¿Qué otras cosas buenas podemos hacer?
- ¿En serio no se te ocurre ninguna?
- Bueno... Sí. Hablarle a los árboles.
- Hay mucho más. Digo, sino no estaríamos acá. Darle alegría a Dios es una.

17/7/14

El trabajito de...


Hoy me quedé pensando... Un chico se me acercó y mientras trabajaba me preguntó si yo había elegido hacer esto. Parecía compadecido de mi, y me divirtió.
Seguro que para un nene, que piensa en ser astronauta o bombero, ser masajeador de manos en un crucero es el trabajo que nadie quiere hacer.
En realidad sí amo las manos, me parecen una de las partes del cuerpo de las personas más dulces. Las manos de papá que te alzaron, las de mamá que te ayudaron a caminar, las de la maestra que te corrigió.

16/7/14

¿Y Fufu?

¡Ya sé! No me hagas sentir culpable ni me presiones. Se me hace difícil pensar bajo presión... Y bajo no presión también pero la cosa es que trabás el fluir de mis pensamientos. Alejate, necesito concentrarme. 

Pucha esta vez en serio arruiné todo. Tengo que ver cómo lo arreglo. La vieja me va a querer matar, pero yo no quise incinerar a su gato. 

Si me escapo ahora, no cobro; si espero a que llegue, va a ver que asesiné a Fufu. 
¡Qué moquero! Cómo se me va a ocurrir prender un cigarrillo con la cola de Fufu al lado. Tengo la mano inflamada y roja, pero no puedo parar de mirar esa bola de carbón que antes era un gato. ¡Qué hago! Lo peor es que se demoró como quince minutos en morir. Ya está, Conrado, pero hubiese sido inutil una intervención: era demasiado peludo como para sobrevivir. 

5/7/14

Anecdotario

- Bueno, dale. Abrí ese mail, quiero ver qué tenemos.
- Te advierto que por buena que sea la foto que acaba de llegar, esa de Lopez fumando porro entre alumnos queda de portada eh.
- Estás loco. No pienso dejarte poner esa.
- Vos porque te enamoraste de la Lopez, pero la foto es demasiado buena.
- Ché, ¿A vos te rugió la panza o a mi?
-Y, yo llevo desde la mañana sin comer. No sé para vos, pero para mi vale la pena.

4/7/14

Mil y un

Hace no más de dos días desde que me mudé a esta cabañita desolada y hoy recibí mi primera visita. Un chico normal a simple vista, pelo azul, ojos naranjas, la piel muy blanca y dos simpáticas alitas de muchos colores que le salían de atrás de las orejas. Lo extraño fue que no me saludó cuando abrí la puerta.
-Tenés muchos dientes de león en tu patio delantero - dijo directamente- ¿Alguna vez los usaste para ensaladas?
Parecía un tipo maduro hasta que habló. Ahora para mi era un nene, sobre todo después de que alzó una mano, cerrada con una fuerza orgullosa alrededor de muchos dientes de león.
- No, nunca había escuchado de alguien que los usara…
- Ah, son muy buenas… Si me dejás pasar te enseño una receta.
Cualquier otro día yo hubiese cerrado la puerta o llamado a la policía. Pero esta mañana el pastor había predicado sobre el dar sin miedo, y para evitar caer en la hipocresía no sólo lo dejé pasar y enseñarme, sino que también preparé té para acompañar la ensalada.
- ¿Cómo te llamás?

3/7/14

Los omicritas y el hombre-pez - Juan Jacobo Bajarlia

La pecera medía dos metros de alto por uno y medio de ancho. Era de un material rojizo e irrompible, semejante a un cristal de color. Estaba emplazada sobre un promontorio, en el cruce de dos canales cuyas aguas, provenientes del deshielo de los casquetes polares de Omicron B, se introducían en ella renovándola permanentemente. En el agua de la pecera se movía (nadaba) el hombre-pez. Medía 50 centímetros de largo, y braceaba con lentitud, como si estuviera meditando. A veces se paraba y miraba extrañamente a los niños marcianos que lo contemplaban. Entonces, éstos lo amedrentaban y le hacían piruetas. Y el hombre-pez recobraba la lentitud de sus movimientos.

-Está triste -dijo un niño omicrita ese día, hablando con sus amigos-. Le falta la hembra. Pero su raza ya está extinguida. La tierra fue destruida hace mucho tiempo, y ahora sólo es una pequeña bola de plomo cuya órbita se ha desplazado hacia Omicron B.

-Entonces era un terresiano!

-Ni más ni menos. Cuando lo trajeron medía cerca de dos metros de alto y tenía mucha fuerza. Lo pusieron en la pecera para conservarlo, y parece que el frío contrajo su corpulencia. Es muy posible que dentro de cien años más mida un centímetro. Nadie sabe cómo impedirlo.

-Si eso es verdad -intervino otro niño-, el hombre-pez se va a convertir en un gusano. Después morirá.


Citas acumuladas

Citas innecesariamente acumuladas en este lugar. Sin itálica.

Interminable sala

Inspirar acá sentado es como llenarse los pulmones de plomo. Señora, ¿usted no está asfixiada también? ¿Cómo puede distraerse con el televisor, si nos morimos de a poco en la espera?
El hombre de al lado mastica el chicle demasiado fuerte y la secretaria no puede parar de comer caramelos. Deja el teléfono sonando para pelar uno y llevárselo a la boca. Podía ser una urgencia, pero se ve que ella necesitaba el caramelo para vivir.

Obkafkiano

Hoy entro a su pieza por primera vez desde su extraña desaparición. No lo hubiese hecho de no ser porque necesito mis zapatos.
Cuando me acerco a la cama para alzarlos veo su diario, abierto sobre la cama. Sería inhumano resistir la tentación, y en cualquiera de los casos mi tio no va a volver.
Necesito saber qué pasó esa última noche, y el relato comienza así:

19/6/14

El extraño - Lovecraft

The outsider, Howard Phillip Lovecraft (1890-1937)

Infeliz es aquel a quien sus recuerdos infantiles sólo traen miedo y tristeza. Desgraciado aquel que vuelve la mirada hacia horas solitarias en bastos y lúgubres recintos de cortinados marrones y alucinantes hileras de antiguos volúmenes, o hacia pavorosas vigilias a la sombra de árboles descomunales y grotescos, cargados de enredaderas, que agitan silenciosamente en las alturas sus ramas retorcidas. Tal es lo que los dioses me destinaron... a mí, el aturdido, el frustrado, el estéril, el arruinado y sin embargo, me siento extrañamente satisfecho y me aferro con desesperación a esos recuerdos marchitos cada vez que mi mente amenza con ir más allá, hacia el otro.

9/6/14

Escape



Seguro me van a preguntar por qué huí si no hice nada. Igual corro, pasa que a los canas yanquis no les simpatizo. Más de una vez me cabió el encierro, pero esta no.

¡Él empezó la pelea! Yo ni le quería pegar, lo empujé no más. Y al toque pasó el auto. A toda velocidad, pareció un rayo.

¡Yo también soy más tarado! Para qué volví al bar.

Miro y parece que ya no me sigue nadie. Eso me preocupa más.

Escondido

Madeline Von Foerster

¿Qué tanto buscás en tu reflejo, Michelangelo? Los fantasmas no están del otro lado, están acá.
No te encojas de hombros, ojalá pudiésemos restarle importancia. La cosa es que esto se comienza a volver grave, y mirándote al espejo no lo vas a solucionar.
Te perdés más de lo que te encontrás con estas introspecciones, ¿por qué desviás la mirada? Ché, escuchame cuando te hablo. Te puedo ayudar, para que saques la melancolía esa que tenés en los ojos.

No suspires, que los vas a despertar. No estoy exagerando. Dejá de tirar horas de esta forma, vamos afuera. Vamos a actuar, a practicar.

La pata

Lo que pasa es que más que meter la pata, se encargaba de ensuciarse hasta la rodilla y a poco bañarse en el barro.
Catastróficamente catrasca, hasta el fin del mundo. Si había algo arruinable, lo arruinaba; si había algo que podía salir mal, le salía mal. De haberla conocido Murphy, sus teorías hubiesen sido inmediatamente comprobadas.
Si una mujer es estéril, nunca falta el ingenioso que pregunta cómo están sus hijos.
Si alguien quedó huérfano, siempre hay algún tarado que suelta ‘¿Y tus papás? Hace mucho que no los veo.’
Mujer con problemas de obesidad, ‘¿Y cómo va el bebé?’
Pisar con la rueda del carrito de súper a una persona con problemas en los pies.

Todos esos juntos y mocos de mayor magnitud, aunque parecieran no existir, pueden ser recopilados en su libro de “No lo repitas”. Una guía que en lugar de ayudar parece alentarle a que se choque al menos cuatro o cinco veces contra el mismo poste, puesto que pocas son las metidas de pata que no ha echado más de dos veces.

7/2/14

Quién es Elías

Elías es un duendecito de un metro cincuenta que desde los dieciseis años quiere pelear por un mundo mejor. Él se encarga de mostrarle a las personas la verdad; de vociferar en las plazas y las entradas de las ciudades lo que en serio está pasando.

Quién es Antamir

Si alguien me pidiera una descripción simple y rápida de Antamir creo que comenzaría diciéndole que él es exactamente la clase de persona a la que le patina absoluta y completamente todo, o en otras palabras, la clase de persona que se toma la vida con soda, si nos permitimos emplear terminos un poquito más extraños.

Elías discursea

Las decisiones, la sartén por el mango, la tienen cinco países en el Consejo de Seguridad, que son los que pueden vetar. Fijate, qué retrato del mundo, ¿no? Es increíble: las cinco potencias que velan por la paz son las cinco principales productoras de armas; quienes hacen el negocio de la guerra se ocupan de la paz, en este mundo que está patas arriba.

Quien no está preso de la necesidad, está preso del miedo: unos no duermen por la ansiedad de tener las cosas que no tienen, y otros no duermen por el pánico de perder las cosas que tienen.
- Eduardo Galeano

Cuestionario al hombre moderno

Queridos, ¿qué estamos haciendo? ¿A dónde estamos yendo, ciegos por desamor? ¿Qué le estamos enseñando a los chicos, antes que el respeto?

¡Por favor, que confundan los colores, pero que no insulten a sus familiares!

Podrían no saber si son tres o veinte centavos, ¡pero enséñenles a perdonar! El rencor va a ser lo que los mate en unos años, no la falta de conocimiento.

Nos juzgamos a nosotros mismos por nuestras intenciones y a los otros por sus acciones, enséñenle antes a pararse en el lugar del otro.

¿Por qué nos damos tortura unos a otros, como si alguna condenada alma tuviese esta vida facilitada?
Nadie se la trae fácil en esta vida; y todos juntos a un mismo lado seríamos tan fuertes.

- Elías/Zar/?

Arbolitos



Es innegable que las personas somos casi reproducciones en miniatura del planeta en que vivimos.

El porcentaje de agua, la respiración, en muchos sentidos nos parecemos a nuestro planeta y, por qué no, a los demás seres que viven en él.

Sin este fundamento tal vez resultaría extraño decir que nos parecemos a árboles. En plano espiritual, yo diría que somos casi clonados.

Conversaciones de avión

Kansas - ¿Ves a ese tipo?


Jaspard – El azafato.


Kansas - Sí, bueno, ese… ¿No te parece exactamente la clase de persona que cometería un asesinato?


Jaspard – Agh, Kansas. Habíamos acordado en que esto de tener pareja policía no te iba a afectar mucho de la cabeza.


Kansas - ¡Ey! No, en serio. Fijate un segundo… No tiene anillo de matrimonio ni marcas que digan que tuvo hace poco, su panza descuidada de hombre que ya no se preocupa por nada. Su cara de monotonía crónica y el hecho de que le avergüenza cruzar miradas con cualquier pasajero mujer…

Todo sumado concluye en un hombre poco feliz con su trabajo, que es el de azafato, un trabajo absorbente. Pasan horas y días haciendo esto. Ergo, es un hombre infeliz con su vida.

¿Te lo imaginás, llegando de días enteros después de vuelos a su casa, solo, cansado, sin tan siquiera la compañía de un animal, porque sería raro que alguien con este trabajo pudiera….?